Ser Animador

Más allá de un voluntariado

Ser ANIMADOR

Ser animador es estar con los niños y jóvenes, compartiendo la experiencia de la vida y de la fe.

  • No es tanto “el que hace”,  sino el que orienta y motiva a los que hacen
  • No es tanto “el que manda”, sino el que “crea unidad y colaboración entre todos
  • No es tanto “el que arrastra”, sino el que propone, hace pensar, hace hacer
  • No es tanto un hacer algo “para” los demás, sino un ser-vivir con los demás.

Ser animador es pasar de hacer cosas para los jóvenes a sentirse llamado a dar la vida por ellos, una vocación, una forma de vivir y un camino gradual a recorrer cada día sin cansarse nunca.

En una Comunidad Educativo-Pastoral

  • Una comunidad-familia
  • Una comunidad plural
  • Una comunidad educativa
  • Una comunidad testigo del evangelio
  • Una comunidad DE y CON los jóvenes.

Con unas convicciones y actitudes salesianas

  • Vivir la vida como don de Dios implica:
    • Agradecimiento (optimismo)
    • Cultivar y hacer crecer con responsabilidad (esfuerzo, trabajo, formación)
    • Compartir y dar a los demás (servicio generoso)
  • Ver las personas y acontecimientos desde la visión positiva y de esperanza
    • La fe en la resurrección (alegría)
    • Jesucristo cuenta con cada uno de nosotros responsabilidad para ser sus testigos (compromiso por los demás)
  • Llamados a formar una familia-comunidad, ser más sensibles a lo que nos une (la Iglesia) que a lo que nos separa promoviendo el dialogo, comunicación, vida de grupo cada vez más abierto

Un camino de formación

  • Maduración personal: crecer como persona, profundizar las motivaciones…
  • Competencia profesional: experiencia reflexionada y compartida
  • Profundización espiritual: vida cristiana cada vez más dinámica.

Con algunas opciones importantes

  • Estar con los niños y jóvenes, compartiendo la experiencia de la vida y de la fe
  • Suscitar relaciones de calidad:
    • Acogida incondicional,
    • Interés por el mundo de los jóvenes,
    • Diálogo y comunicación cercana e sincera.
  • Promover protagonismo de los jóvenes:
    • Valorando y desarrollando sus intereses,
    • Favoreciendo el grupo,
    • Suscitando coordinación entre ellos alrededor de un fin común
  • Promover procesos de crecimiento humano y cristiano:
    • Motivando, haciendo pensar,
    • Animando a la constancia,
    • Favoreciendo la colaboración y ayuda mutua.
  • Acompañar personalmente