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Ya han pasado casi dos meses desde que estrenamos nuestro musical. Ahora que todo ha reposado un poco te ofrecemos un par de testimonios de algunos participantes del musical:

Leyre (A2)

Al principio, cuando nos dijeron que íbamos a unirnos confirmación y oratorio, muchos pensamos que iba a ser una locura y que no saldría bien, pero, ¡qué equivocados estábamos!

Me he llevado muchas cosas de este musical, sobre todo los ensayos, porque al fin y al cabo ahí es cuando más tiempo podemos pasar todos juntos. Me gustaba mucho como en todo momento había un ambiente familiar en el que te sentías acogido y arropado.

Por otro lado me llevo todo el cariño, compañerismo y trabajo en equipo que ha supuesto este musical; porque eso es lo que somos: un equipo, y el musical fue lo que fue gracias al entusiasmo y la participación de todos, pero una de las cosas que más me gustó fue comprobar que fuimos capaces de transmitir nuestra alegría y entusiasmo a todas esas personas que nos vinieron a ver.

Sin duda yo creo que ha sido una experiencia inolvidable que recomendaría a todos los que no han querido o no han podido participar este año.

Rober (J2)

‘He vivido el musical como una experiencia única. He tenido la oportunidad y el gusto de compartir arte con el centro juvenil y sus chavales, me ha encantado trabajar con el apostolado de Oratorio, los niños son el futuro y son unas máquinas de provocar sonrisas en cada ensayo y actuación. Me he dado cuenta de que dándote a los demás y aprovechando los dones que cada uno tenemos podemos formar grandes espectáculos, lo que más me ha gustado ha sido el ambiente tan familiar que nos rodea en el CjAtocha.

Marta (J3)

Después de esta semana de descanso tras cuatro días de absoluto éxito con el musical “Sin tiempo que perder” echando la vista atrás, parece que fue ayer cuando esta locura empezó. Empezaron los momentos de estrés al ver que no llegábamos, que faltan papeles o que los estudios nos sobrepasaban para poder seguir haciendo el musical. Empezaron las incertidumbres por como saldría y las ganas por hacerlo bien. Pero a día de hoy nos damos cuenta que todo eso no es lo que realmente importa, sino los momentos que hemos vividos.
Parecía imposible ver como niños de 11 a 19 años podían trabajar juntos, pero además de lograr eso, hemos conseguido hacer una unión, una gran familia. Y como tal, nos hemos ayudado; hemos cantado aunque no sabíamos, hemos bailado aunque nos caíamos y hemos actuado aunque no nos correspondía, porque eso hacen las familias, apoyarse y superarse.
Así que ahora solo nos queda dar las gracias, a los animadores por hacerlo posible y creer en nosotros, a cada uno que ha participado y a todos los que han venido a verlo por hacer del musical un absoluto ÉXITO.